martes, 2 de julio de 2013

Miedo a cabalgar

¿Y si es verdad que lo que duele jamás se olvida? ¿Estaré destinado a ser olvidado por no querer doler? ¿Cuántas espinas es capaz de recibir un cuerpo antes de morir desangrado? A veces es lógico pensar que en cierto modo se disfruta del dolor pero es algo inconsciente que nadie quiere asumir por el miedo a no disfrutar de la felicidad, pocos son los que se atreven a subirse a un corcel de sonrisas y cabalgar hasta quedarse sin camino, y más somos los que preferimos transitar ese camino a pie, sin muchos momentos de gloria pero con la certeza de que ese final esta lejos, que no se nos va a escapar esa felicidad y caer en el abismo porque la controlamos, no la dejamos ser, la apaciguamos. ¿Seré capaz de galopar? ¿Podré ser jinete de un camino incierto y tal vez con un fin lastimoso?

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